Casablanca

Casablanca es una de las películas más recordadas de todos los tiempos. Fue la consagración de dos grandes estrellas, Humphrey Bogart e Ingrid Bergman. Es sin duda la película con la mayor cantidad de frases míticas de la historia del cine: “Siempre nos quedará París”, “creo que este es el comienzo de una hermosa amistad”, la genial “detengan a los sospechosos habituales” o incluso una que nunca se dijo en la película: “Tócala otra vez, Sam”. También pasó a la historia del cine por una canción igualmente mítica, As Time Goes By. Y además supuso la aparición estelar en el cine de la gabardina de Bogart. En fin, que Casablanca es un clásico entre los clásicos.

Pero curiosamente esta obra maestra de la historia del cine fue en gran parte fruto de la improvisación. Seis semanas antes de la fecha de inicio del rodaje todo el equipo estaba preparado, el director Michael Curtiz dispuesto a comenzar a trabajar, los actores habían sido escogidos (a excepción de la actriz protagonista, que fue llamada en el último momento)... pero no había ni una sola línea de guión escrita. Cosas de Hollywood.

Los estudios Warner Brothers habían decidido hacer una película basada en una obra de teatro nunca estrenada titulada Everybody Goes To Rick’s (“Todo el mundo va a Rick’s”), en la que el protagonista era un tipo llamado Rick que regentaba un exótico local de copas. Y poco más. La Warner había comprado los derechos de la obra y había contratado al equipo. Para escribir el guión la Warner se hizo con los servicios de dos guionistas prestigiosos, los hermanos Julius y Philip Epstein, que se pusieron a trabajar inmediatamente. La llegada de los Epstein al proyecto fue lo que finalmente decidió a aceptar el papel protagonista a Ingrid Bergman, que hasta entonces había estado dando largas a los productores. Pero si Bergman creyó que por fin iba a comenzar el trabajo en serio se equivocó. Los Epstein, viendo el desastre hacia el que se encaminaba el proyecto, abandonaron el barco al poco tiempo. El guión quedó a cargo de un hombre al que los estudios habían contratado como ayudante de los dos hermanos llamado Howard Koch. El día en que comenzaba el rodaje Koch tenía estrito apenas medio guión. Con el rodaje más adelantado la situación degeneró hasta acabar en un caos total. Koch llegaba cada mañana con el guión para las escenas del día, recién escrito. A medida que se rodaba se iban reescribiendo las escenas sobre la marcha cuando no convencían al director, lo que ocurría muy a menudo. Las continuas modificaciones derivaban en peleas diarias entre Curtiz, Koch y el resto del equipo. Ingrid Bergman se desesperaba tratando de que el director le aclarase si Ilsa, su personaje, estaba enamorada de su marido o de Rick. Humphrey Bogart abandonaba malhumorado el plató paras encerrarse en su caravana... El resultado ya lo sabemos: una obra maestra.

La brillantez de los diálogos y la fuerza de los personajes (el triángulo amoroso y los extraordinarios secundarios) hicieron que pasase casi desapercibido el mensaje de la película. Porque Casablanca tenía una gran carga política. La desesperación de todos los que trataban de huir de la Europa ocupada por los nazis, para quienes, como en la película, conseguir un salvoconducto para viajar a Lisboa podía significar la diferencia entre la vida y la muerte, era algo que conocía muy bien el propio director, Michael Curtiz, un emigrante judío húngaro que tenía más de un ejemplo en su propia familia. Estados Unidos llevaba poco tiempo en la guerra, y hasta entonces el pueblo norteamericano había vivido ajeno a los problemas del mundo. Necesitaban saber por qué estaban luchando. En ese sentido Casablanca se puede considerar una película de propaganda. Así se llega al mensaje final de la película: Rick, como no podía ser de otra manera, renuncia al amor de su vida ayudando a escapar a Ilsa con su esposo para que pueda continuar la lucha contra los nazis, porque cuando la causa es lo suficientemente importante (y la victoria de la libertad sobre la tiranía sin duda lo era) es necesario hacer los más grandes sacrificios, incluyendo la felicidad personal.

Por otro lado la Casablanca de la película es una ciudad totalmente imaginaria. Cualquier parecido con la auténtica Casablanca marroquí de 1942 es pura coincidencia. Pero tampoco importaba demasiado. El guión necesitaba situar la acción en un puerto exótico, en el que poder colocar al personaje de Rick, repetido hasta la saciedad en el cine estadounidense de la época: el norteamericano desencantado y de vuelta de todo que se gana la vida en cualquier recóndito lugar del planeta bañado en alcohol y rodeado de mujeres fatales y gente de mal vivir. El guión tiene además llamativos fallos: por un lado nunca hubo militares alemanes en Casablanca, y por otro, aunque la Francia de Vichy se mantuviese neutral, no es creíble que un dirigente de la resistencia antinazi pudiese pasearse por la ciudad libremente sin ser detenido amparándose en esa neutralidad.

La película se estrenó en Nueva York el 26 de noviembre de 1942, en el americanísimo Día de Acción de Gracias. Su estreno oficial estaba previsto para 1943, pero se adelantó un par de meses para aprovechar que la ciudad de Casablanca (la auténtica) estaba de actualidad en esos días porque había sido uno de los objetivos de la Operación Torch, los desembarcos aliados en los territorios franceses del noroeste de Africa. Tuvo una buena acogida, sin llegar a ser un gran éxito de taquilla. Ganó tres Oscars ese año, entre ellos el de la mejor película, pero probablemente en su tiempo pocos pensaron que se iba a convertir en una película mítica.


Buscando en internet una foto para ilustrar la entrada me he encontrado con que, según por ejemplo Wikipedia, la historia de que el guión se escribía sobre la marcha es un mito:

Al parecer, Michael Curtiz habría dirigido la historia sin un guion definido. Todavía la última edición del Guinness book of film, de 1998, afirma: «El triunfo de Casablanca es aun más valioso porque el guion fue escrito en el plató día a día, y cuando comenzó el rodaje, el desenlace de la trama era aún desconocido para los actores tanto como lo es para el espectador». La verdad es que existía un guion muy definido escrito por Julius e Irving Epstein, en cuyo único final Bogart sacrificaba su amor para permitir a Ingrid Bergman y a Paul Henreid escapar de la persecución nazi. Sin embargo es cierto que Curtiz pretendió que no sabía el final, con el objetivo de que los actores tuvieran el mismo desconcierto que sus personajes en cuanto al destino que les esperaba. Sólo Bogart lo sabía dado que su contrato de gran estrella le daba el derecho de aprobar el guion.

Lo único que puedo decir es que es un mito muy extendido, y tengo que reconocer que yo siempre me lo había creído. En fin, yo cuento la historia como la conocía y que cada uno elija la versión que más le guste. Y ya sabéis, no os podéis fiar demasiado de lo que se lee en internet. Incluyendo lo que yo escribo.

4 comentarios:

  1. Yo no me fío ni de la wikipedia, que me destrozó un artículo que escribí sobre el crack de 1929. Lo digo de broma porque ya me lo advirtieron, que artículo que entrara puede modificarse hasta la saciedad.
    Volviendo a la película, yo siempre digo que sin buenos actores se cae la mejor trama del mundo. Y esta película tiene una magnífica interpretación, además de otros méritos, incluyendo la supuesta improvisación del guión. ¡Quién sabe si es verdad o no!
    Un saludo.

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  2. Aquí se explica muy bien cómo se originó el mito del guión improvisado (porque parece que sí es un mito):
    http://www.blogdecine.com/otros/el-mito-del-guion-de-casablanca
    Era cierto que Bergman y el resto de actores (excepto Bogart) no conocían el guión completo por decisión de Curtiz. Algún comentario de Bergman sobre lo poco que conocía de su personaje hizo que naciese el rumor de que se estaba rodando una película sin guión.
    En fin, a mí me han convencido. Tendría que rectificar, pero como dice la máxima periodística "que la realidad no te estropee una buena historia".
    Aunque bastaría con añadir un "Dice la leyenda..."
    Un saludo.

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  3. Tánger es la verdadera ciudad, del protectorado francés ocupado por los nazis, cosmopolita y nido de espías donde podría suceder la trama. Se cambió a Casablanca pero es Tánger.

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  4. Pues no lo sabía, pero no estoy seguro de que fuese Tánger, porque no era parte del protectorado francés. Desde 1925 era una ciudad internacional administrada por varias potencias, y durante la guerra fue ocupada por Franco desde 1940 hasta 1945. Que era un nido de espías no lo dudo.
    Un saludo.

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