El viejo truco de hacerse el muerto

El 8 de septiembre de 1939, cinco días después de la declaración de guerra de Gran Bretaña a Alemania, la RAF desplegó en Francia a su 1º Escuadrón, compuesto por quince cazas Hurricane. Ninguno de los pilotos británicos tenía experiencia en combate, incluyendo a su comandante, el teniente angloestadounidense (nacido en Cleveland y alistado en la Real Fuerza Aérea antes de la guerra) Cyril Dampier Palmer.

La mañana del 23 de noviembre de 1939, Palmer y otros dos pilotos del 1º Escuadrón despegaron con sus Hurricanes del aeródromo de Vassincourt, en Lorena, para interceptar un avión de reconocimiento alemán que había penetrado en el espacio aéreo francés. A 6.000 metros de altitud los británicos divisaron el aparato enemigo, un bombardero Dornier Do 17 modificado para el reconocimiento fotográfico. El avión alemán trató de huir, pero los cazas eran mucho más veloces y no tardaron en darle alcance, acribillándolo con sus ametralladoras. El Dornier fue alcanzado en uno de sus motores y comenzó a perder altura. Todo parecía indicar que estaba irremediablemente perdido. Los pilotos británicos vieron cómo dos hombres (el navegante y el artillero) saltaban en paracaídas del avión alemán. Palmer se acercó al bombardero y pudo distinguir al tercer tripulante en el asiento del piloto, abatido sobre los mandos. Confiado, se aproximó más, poniendo su caza en paralelo al avión enemigo. Y entonces el piloto alemán resucitó. Redujo bruscamente la velocidad del Dornier para que el Hurricane de Palmer quedase justo delante de él, se cambió de un salto al asiento del navegante y abrió fuego con su ametralladora contra el caza. Palmer reaccionó rápidamente, descendiendo en picado para salir de la línea de fuego, pero la ráfaga había alcanzado de lleno a su avión. Con el motor dañado, sin poder descender el tren de aterrizaje y con el parabrisas destrozado, logró aterrizar sobre la panza de su Hurricane en un campo cercano.

A poca distancia aterrizó el Dornier, pilotado por el suboficial Arno Frankenberger, el hombre que había engañado a Palmer fingiendo estar muerto. Inmediatamente fue hecho prisionero y quedó bajo custodia de los franceses. Un día más tarde, tras mucho insistir, los pilotos británicos del 1º Escuadrón consiguieron el permiso para trasladar al prisionero a la posada de Vassincourt en la que estaban hospedados e invitarle a cenar. Allí, entre cerveza y cerveza, Frankenberger obsequió a sus enemigos con una fotografía dedicada. Esos gestos de caballerosidad eran típicos de la guerra aérea en la Primera Guerra Mundial, y aún se conservaban en los comienzos de la Segunda.

Arno Frankenberger fue liberado tras la conquista de Francia en 1940 y se reincorporó a a su unidad de reconocimiento aéreo de la Luftwaffe. Al teniente Palmer se le atribuyen los derribos de dos cazas alemanes y un He111 (compartido) en mayo de 1940. A su regreso a Inglaterra sirvió como instructor de vuelo. En octubre de 1942 fue destinado como líder de escuadrón al 234º Escuadrón de la RAF. Poco después, el 27 de octubre de 1942, su Spitfire fue derribado sobre el Canal de la Mancha, al norte de Bretaña. Nunca se encontraron sus restos.

Fuentes:
http://www.sepsy.de/raf-der-kampf.htm
http://forum.keypublishing.co.uk/archive/index.php?t-12173.html
http://forum.12oclockhigh.net/showthread.php?t=11080


4 comentarios:

  1. Una estupenda anécdota aérea. Un ejemplo de la caballerosidad en el aire, que poco tiempo después se extinguiría casi definitivamente. La picaresca salvó al alemán aquel día, y el yankee de la RAF, aprendió una valiosa lección.

    Saludos

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    1. Sorprende la deportividad con la que los británicos se tomaron el engaño del piloto alemán. Como dices, poco tiempo después ese tipo de confraternización con el enemigo habría sido impensable.
      Un saludo, Gluntz.

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  2. Hay que tener mucha sangre fría para saber reaccionar así en un momento de tanto peligro, con la adrenalina a tope y la muerte en los talones.
    Un saludo.

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    1. Sí, hay que reconocer que el piloto alemán demostró ser un hombre de recursos y con mucho valor. Y así lo hicieron sus enemigos.
      Un saludo.

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